Agentes de la Guardia Civil vigilaron el movimiento de camiones entre El Musel y el Puerto de Avilés, Mina la Camocha y la Térmica de Aboño a finales de 1.999. La vigilancias incluyeron la grabación de la descarga de carbón importado en la mina, su mezcla con mineral allí existente y su carga para enviarlo a la térmica de Aboño.Los seguimientos del carbón importado por la mina, usando supuestamente a Trabex como pantalla, fueron ratificados por el oficial al mando de la investigación y otro miembro de esa unidad.
El documento gráfico hizo incluso que ambos acusados se levantaran de su asiento para no perder detalle. La magistrada mostró también especial interés por esta prueba, pidiéndole algunas declaraciones al agente que la filmo.
La vigilancia del trasiego del carbón de importación se hizo abiertamente al principio, pero luego tuvieron que adoptar precauciones, dado que "tuvimos un problema con los camioneros, que se volvieron contra nosotros" en palabras de uno de los agentes durante su declaración. Los camiones salían con su carga a la vista de los puertos, mientras que cuando eran cargados con la supuesta mezcla de carbones en La Camocha, "salían enlonados" para la térmica.
La Guardia Civil apunta que en La Camocha se produjeron 81.314 toneladas menos de lo que figuraba en su contabilidad oficial, según lo controlado con las partes de producción diaria.La conclusión policial es que Coto Quirós vendía carbón a La Camocha con "facturas camufladas". Se pudieron controlar que en La Camocha entraron 89.775 toneladas ajenas a la producción de la mina, que esta suministraba carbón que no era suyo y que la propia central se dio cuenta. Además de la documentación oficial de la mina y de las empresas implicadas había una contabilidad paralela para el movimiento del carbón.
"Descargaban los camiones que venían del puerto en una pila, junto a otra que ya había en la mina y, entre las dos, con una pala, hacían una tercera. Luego, cargaban con ella los camiones y se lo llevaban a la térmica". El Guardia Civil que filmo el vídeo que se aportó como prueba aseguró que este procedimiento "era habitual" y, "al menos parte del carbón de importación que llegaba a los puertos de El Musel y Avilés , pasaba por la mina y acababa en la térmica de Aboño".
"Al principio era un servicio un poco 'sui generis', pero luego todo fue tomando forma" reconocía un agente. Con el carbón que llegaba en cada buque investigado se llenaban más de 30 camiones, que luego eran seguidos por los equipos policiales de hasta siete vehículos hasta su llegada a la mina. Todos los camiones investigados "se dirigieron primero a la Camocha" y nunca directamente a la térmica de Aboño.
También se interrogó a los agentes sobre el procedimiento para salvaguardar la documentación intervenida en los registros. "Todo lo intervenido se metió en cajas que fueron precintadas y no se pudo manipular su contenido" "dicha documentación fue sellada y hecha constar en acta por la secretaria judicial". Lo que causó cierto revuelo fue la declaración de otro agente presente en el registro de la mina: "me llamó la atención que había varios sindicalistas presentes. Me dijeron 'Hombre, no nos cerrarás la mina' y les contesté que yo no era nadie para cerrar nada".
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