Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo hubo en Villar de Cienfuegos un convento de monjas que residieron allí muchos años. Los vecinos del pueblo descontentos con ellas las expulsaron del pueblo y estas se fueron maldiciendo a Villar. El pueblo debería de quemar tres veces.
El segundo incendio más perjudicial que el primero se produjo la noche de Santa Polonia, el 9 de febrero de 1899, que redujo a cenizas todo el pueblo. Cuentan que alguien de la zona de Cortes había estado quemando rastrojos a pesar de que había mucho viento, el cual transportó brasas encendidas hasta Villar. Los esfuerzos de los vecinos fueron en vano y el pueblo quedo completamente arrasado por las llamas. Los vecinos huían en dirección a Llanuces, Las llamas amenazaban también con destruir este pueblo y los de Villar se congregaron ante la capilla del Cristo de la Misericordia y lo sacaron en procesión y en aquel mismo momento el viento cesó y una benéfica lluvia apagó el incendio.
Solo se salvó una casa en el paraje conocido como La Andeta, que sus habitantes habían luchado por salvar de las llamas y que más adelante durante la reconstrucción del pueblo serviría de albergue a las familias que se habían quedado sin casa.
¡Qué chula la leyenda!
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