En la soledad de tus noches
charlas a solas con la luna
que no siempre se deja ver
pero ahí está
escondida tras las nubes,
siempre está contigo.
Le temes al amanecer
porque la luna se esconde
pero así sale el sol cada mañana,
esa es su condena,
cuando la luna sale
el sol se entra
y viceversa.
En la soledad de tus noches
recuerda siempre que no soy lo que escribo
soy lo que tu sentiste al leerme
aquella noche que abriste el libro de mis poemas
y dejaste discurrir el tiempo
a través de las líneas de mis sentimientos,
que caminaste por los versos de mi piel
y que página a página
encontraste razones de sobra
para que disfrutáramos juntos
de una de las más bellas lecturas.