Casualidad, coincidencia, llamésele de cualquier manera, pero maldita.
En esta misma semana en la que se cumplen 40 años de la tragedia minera que entristeció Quirós, concretamente el 3 de noviembre de 1973 en la que seis mineros perdieron la vida a causa de una explosión de grisú, la tragedia se repite 40 años más tarde, en el pozo Emilio del Valle de Pola de Gordón.
Eran las dos y media de la tarde del 3 de noviembre de 1973 cuando se produjo una explosión de grisú en la Mina Mariquita de Santa Marina. el fuerte estallido estremeció a los alrededores y un camionero encontró al primer herido en la carretera cerca de la mina, lo que ya haría intuir la tragedia.
Perdieron la vida:
Adolfo Alvarez Miranda (34 años, Villar de Salcedo)
Onofre Alvarez Garcia (38 años, Olloniego)
Alfredo Fernandez (37 años, Belmonte)
Sabino Alvarez (29 años, Villamarcel)
Ramón Gonzalez (50 años, Pola de Lena)
Juan Agustín Gonzalez (32 años, Ciudad Rodrigo-Salamanca, en su primer día de trabajo)
Cubrió la noticia Celso Peyroux (Miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos y cronista oficial de Teverga) para La Nueva España, donde después de cinco años como "corresponsal" en los Valles de Trubia seria su bautizo en un desastre minero de esas características. Así lo cuenta en un escrito incluido en el libro "Apuntes Etnográficos del Concejo de Quirós" de Roberto Fernandez Osorio, ahora cronista oficial de Quirós, donde se narra detalladamente la tragedia.
La similitud de este accidente con el de Pola de Gordón y justamente cuando se cumplen 40 años del ocurrido en Santa Marina, es lo que hace verlo como una maldita coincidencia. Pero paradógicamente, para alguien fue una "bendita casualidad" que aquel mismo día, hace 40 años, pidiera permiso para abandonar el tajo un rato antes por un asunto personal. Esa "bendita casualidad" pudo hacer posible que ese minero pudiera ver nacer a su hija 5 días más tarde.
Como homenaje a todos aquellos que perdieron la vida en la mina y a aquellos que aunque sigan con vida la mina se la está arrebantando poco a poco, y a sus madres y familiares. Transcribo la letra de una canción que la cantante de tonada quirosana Diamantina Rodriguez incluyó en el disco "A las madres de los mineros". de 1981.
A LA MADRE DEL MINERU
Un guaje decía a so madre:
-Madre, yo voy pa la mina,
yo quiero ser picador
aunque me cueste la vida.
El guaje a la mina fue
y en la mina se murió
cuando diba pa la mina
entonaba esta canción
En la mina canto yo
pa la mina voy cantando.
Cuando vengo de la mina
topo a mio madre llorando.
Y la madre de aquel chaval
bien sabía por que lloraba
Lloraba porque aquel fiu
qu'en la mina trabayaba,
pe la mañana temprano
él la so lampara empuñaba.
Pela galería alantre
ella sabía que cantaba
La mina ye una trinchera,
los mineros los soldaos,
el grisú la bayoneta
los derrabes cañonazos
Y una mañana d'abril
al subir al coladeru
un tajo se derrababa.
Y enbueltu ente la madera
y también ente'l carbón,
con l'angustia de la muerte
él clamiaba al picador.
Y un picador valiente,
de coraje y energía,
hizo todo lo que pudo
por salva-y al chaval la vida.
Y ya con voz de agonía
dicia-y al picador:
-Dile a mio madre querida
que ya muero sin cumplir
la deuda que le ofrecía.
Y aquel picador valiente
abrazándose al chaval,
con sollozu en la garganta,
entonaba esti cantar.
Todos los mineros llevan
grabado en el corazón
Santa Bárbara bendita
con el polvo del carbón.